Melasma

El melasma se caracteriza por el desarrollo de una pigmentación moteada o en parches que aparece habitualmente en la cara, asociada a la exposición solar y ciertos factores predisponentes, como son el embarazo o la toma de anticonceptivos orales.

Las manchas en la cara pueden reflejar desde una patología banal y sencilla de tratar como los lentigos solares, melasma hasta una forma de cáncer de piel agresivo como el melanoma. Será fundamental realizar un correcto diagnóstico para seleccionar la mejor alternativa terapéutica.

Las más comunes y localizadas son los LÉNTIGOS SOLARES Y QUERATOSIS SEBORREICAS, aparecen en zonas expuestas al sol a partir de los 35-40 años. Este tipo de lesiones no supone ningún riesgo para la salud, es puramente estética.

El melasma afecta muy frecuentemente a las mujeres, aunque a veces también se puede ver en hombres, sobre todo en fototipos oscuros. Habitualmente afecta a mujeres jóvenes, en la zona de la frente, mejillas y labio superior. Además, es más frecuente en las personas de piel oscura que en las de piel clara, y suele ser más visible en las épocas de sol y en verano.

En su génesis han sido implicados múltiples factores, anticonceptivos orales, embarazo, trastornos endocrinos; de ahí que sea mucho menos frecuente en hombres. Se plantean también como posibles desencadenantes los cosméticos y factores genéticos. Es evidente que la luz solar desempeña un papel importante; así se explicaría la localización electiva en zonas fotoexpuestas y su reversibilidad en muchas ocasiones, sobre todo durante el invierno.